"Ha sido una carrera brutal!": 2024 Gravel World Championship recapitular

El 6 de octubre de 2024, Lovaina se transformó por un día en Capital Mundial de la Gravel. Los mejores pilotos profesionales y aficionados de todos los rincones del mundo se reunieron para disputar el Campeonato del Mundo de Gravel.
Entre los 292 corredores de élite que tomaron la salida, también había cuatro corredores del Team Flanders - Baloise. Alex Colman, Lars Craps, Dylan Vandenstorme y Gilles De Wilde disputaron el Campeonato del Mundo sobre una Eddy Merckx Pévèle.

Con Mathieu van der Poel, el circo de la grava consiguió el ganador soñado. Siguiendo su estela, también fue un día memorable para nuestros cuatro pilotos. Les preguntamos cómo les había ido la carrera y nos dieron las respuestas que figuran a continuación.

"Ha sido un día duro pero bonito para mí. Tuve que empezar muy atrás, e inmediatamente después de la salida hice un gran cartucho para ponerme delante. Luego acabé en un buen grupo. Al principio, mi compañero de equipo Alex Colman también estaba en él.

Una vez que llegamos a Lovaina, se convirtió en una carrera de descenso. Entonces se trataba de no reventarse y encontrar el ritmo adecuado. Fue una carrera dura, un esfuerzo prolongado de cinco horas. Terminar entre los 50 primeros en mi primera carrera sobre grava me sorprende positivamente. Y me da ánimos para el próximo fin de semana, cuando participe en el Campeonato Europeo de Gravel."

"Ha sido a tope de principio a fin. Estaba en el segundo grupo cuando pinché a 80 kilómetros de la meta. Tiré con firmeza durante una escapada para presionar al grupo. Durante esa maniobra, golpeé una piedra grande y pinché. El sellador de mi neumático sin cámara selló el pinchazo, pero después tuve que parar dos veces para bombear aire.

Una lástima, porque si no hubiera pinchado, podría haber luchado por un puesto entre los 20 primeros. Después, siempre iba solo o en grupos pequeños. Eso significaba que no podía recuperarme en ningún momento. Cuando miro mis valores, me doy cuenta de que ayer forcé mi cuerpo durante cinco horas. La Pévèle fue una buena compañera. Es una bicicleta con una gran capacidad de respuesta, muy adecuada para recorridos rápidos como el de Lovaina. El WC fue una interesante primera introducción a la grava. Cuando esté totalmente recuperado, podré decir si me sabe a más o no. Ahora es demasiado pronto para eso."

"Ha sido un día brutal. Tuve que salir al fondo del cajón, pero inmediatamente después de la salida me abrí camino hasta la cabeza de carrera. Para llegar allí, tomé algunos riesgos. Luego la moto y yo nos dimos bastantes golpes. Y en esa refriega, el cierre rápido de mi bici se rompió, haciendo que mi rueda se arrastrara contra el cuadro en algunos momentos. Conseguí arreglarlo provisionalmente, pero una buena clasificación había salido volando. Aun así, quería terminar insistentemente, también por el ambiente que se respiraba a lo largo del recorrido.

La semana que viene, con los Campeonatos de Europa de gravilla en Asiago (Italia), hay otra oportunidad de obtener un gran resultado. Es un recorrido más corto pero con más altímetros. Espero no tener mala suerte y poder conseguir un buen resultado."

"Era mi primera carrera sobre grava. Me ha gustado mucho, aunque ha sido muy ajetreada, sobre todo al principio. Tuve que empezar muy atrás, pero poco a poco fui ascendiendo hasta acabar en el puesto 90.

Fue una carrera de intuición, porque a diferencia de una carrera en carretera, apenas recibes información sobre la posición en la que te encuentras. Fue una carrera muy rápida, incluso inclinada hacia las carreras de carretera. Iba constantemente contra el límite. El recorrido estaba bien trazado, aunque en algunos puntos había tramos estrechos que provocaban un embudo. En esos puntos incluso tuve que parar un rato, para volver a ir a toda velocidad. En general, recuerdo un buen domingo, que sabe a más".